Un hincha de Newell ‘s tiene una pesadilla, ve a Ángel di María, vestido de Rosario Central festejando un gol de tiro libre en el Gigante de Arroyito. Otro hincha de Newell’s tiene un sueño, se le aparece Lionel Messi con los colores rojo y negro convirtiendo un tanto sobre la hora en el Coloso Marcelo Bielsa ante su “enemigo íntimo” de la ciudad.

Los simpatizantes de “La Lepra”, este viernes nuevamente rival de Atlético, por segunda vez en el lapso de un mes, duermen intranquilos por estas épocas, desconociendo el contenido onírico que traerán sus horas de descanso.

En realidad, en sus tiempos de vigilia, el pueblo de Newell ‘s imagina escuchar una voz, con acento de pastor brasileño, que les susurra “paren de sufrir”. Es que no sólo llevan una docena de años de “penas propias” y sin el bordado de nuevas estrellas en su camiseta, sino que las “vaquitas son ajenas”: es decir, a su archirrival le ha ido bastante mejor en la cancha: tras volver a Primera en 2013, el “Canalla” sumó una Copa Argentina, un título de Copa de la Liga, además de haber disputado otras varias finales y participado de competencias internacionales.

En cambio, tras la festejada conquista del Torneo Final de 2013 de la mano del “Tata” Martino, el Parque Independencia ya no supo de éxtasis. La inestabilidad institucional tuvo su correlato en constantes turbulencias futbolísticas: desde entonces, 25 técnicos pasaron por su banquillo, a razón de dos por temporada, sin completar ninguno de ellos un año calendario.

Pero si hay algo que les duele en el alma a sus hinchas por estas épocas es la profundización de la “paternidad” de Central. En 2013, la “Lepra” estaba ocho clásicos abajo, hoy el historial lo muestra con una valencia negativa de 21 partidos. Por si faltara una mayor contundencia, de los últimos 25 clásicos, Newell ‘s sólo triunfó en dos. Una disparidad creciente y difícil de aceptar en una ciudad “enferma” de rivalidad. “Yo todavía no lo puedo creer, no puedo sacarme de la mente el gol de Di María”, reconoce Valeria Medina mientras se aproxima al Coloso con su hijo Valentín de la mano, con relación al pasado derbi ciudadano.

Nacho Sanzó, periodista y relator de Radio Nacional Rosario, aporta su mirada crítica. “Lo peor de todo, en la actualidad Newell´s tiene un solo jugador de la cantera entre sus titulares, cuando sus inferiores siempre supieron ser una usina generadora de talento”. En contraposición, aquellos equipos del club campeones de fines de los 80 y principios de los 90 estuvieron repletos de frutos propios.

Esta semana fue noticia la inhibición que le impuso la FIFA por tres mercados de pases, debido a una concatenación de deudas impagas a nivel internacional. “Los dirigentes no escarmientan, los malos manejos de la comisión directiva continúan”, señaló Sanzó a LA GACETA.

En el ojo de la tormenta se encuentra el presidente Ignacio Astore, sobre quien pesa una investigación en curso por “intimidación pública”, por aquel episodio en la noche de la despedida de Maxi Rodríguez, en junio de 2023, cuando se desplegó una gigantesca bandera de la banda narco Los Monos dentro del propio estadio.

Si bien Astore no fue formalmente acusado por aquel hecho, “no ha podido evitar el escarnio público” derivado de las imágenes que dejaron constancia de que el propio presidente “abrió las puertas de los playones del club a miembros de la barra para que retiraran la bandera” al día siguiente del homenaje, recuerda Sanzó.

Por si faltaran motivos para que Newell ‘s transite por momentos escabrosos, este año habrá elecciones. El principal competidor de Astore tiene “banca”: se trata de Cristian Damico, quien se jacta de ser amigo de Claudio “Chiqui” Tapia y promete “devolverle peso” al club en el seno de la AFA.

El médico Astore, en tanto, se encomienda a otro Cristian, el “Ogro” Fabiani. La última bala que puede de alguna manera salvar su mandato, asegura Sanzó, se llama Copa Argentina. Para llegar a semis, la “Lepra” tendrá que dejar en el camino a Belgrano el miércoles en San Luis, así como lo hizo con Atlético en Salta a mediados de agosto.

Otra ilusión es a largo plazo. “Lo único que le pido a la vida es que me permita ver a Messi jugar un partido oficial con nuestra camiseta”, confiesa Atilio Méndez, un sexagenario que no se pierde un partido en el Parque Independencia.

“Lo de Messi parecía algo utópico, hasta el regreso de Di María a Central. Y ahora que Lionel empezó a despedirse de la selección…”, describe Sanzó la perspectiva actual de los hinchas de Newell ‘s.

En redes sociales, los simpatizantes ya comenzaron a meterle un poquito de presión a Leo, que desde el 20 de agosto tiene tribuna propia en el Coloso. “Es una forma de decirle a Messi ‘no te olvides, aquí estamos’. Es un sueño que esperamos se haga realidad”, dice Atilio, con una sonrisa entre tímida y sincera, antes de atravesar el molinete.